sábado, 4 de abril de 2009

KYANDÊ

Autora: Shinya
Pareja: KyoTo Oh

N.A: Ooh 手紙 ~

CAP.3


Gegenwart, gegenwart ... innerhalb jeder meiner Bewegungen ... makabre Schatten folgt mir, sie fangen mich...

Despertó esa madrugada con el rostro empapado en sudor. Aun que fuera necesario, no tenía intención alguna de levantarse, su cuerpo estaba adormecido, cansado como era normal cada mañana.
Dio un empujón a su pequeño cuerpecito, expulsándose con el torso, pero eran necesarias maquinas inmensas para sostener –como sentía él - su pesado cuerpo.
- Levántate imbécil, tu madre espera por ti…- se habló a sí mismo con un tono de voz enfadado, pero le hacía gracia pensar en que extrañaba de aquella forma a su mamá, de todas formas era todo lo que tenia.

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La tetera hirvió hasta su punto exacto, el humo volaba hacia el techo descuidado mientras descargaba su furia con fuertes bramidos.
El vapor había ya mojado la superficie del techo escabroso, se podían ver las gotas de líquido resaltar casi listas para ceder hacia el suelo.
- ¿Tooru viene? –
- Solo a retirar sus cosas, luego se va… - la voz de la madre del rubio se quebró en estas últimas palabras, ¿debía quedarse solo? ¿era realmente lo adecuado? Habían tantas opciones…
- tranquila… de seguro vuelve en unos días, ya sabes cómo es – profirió de vuelta su hija mientras ojeaba una revista que sostenía en el marco de la puerta – madre, corta ya esa puta tetera, ese ruido no me deja concentrar.
La señora se disparó a quitar el recipiente de metal de sobre la cocina. Solo un problema, estaba sin guantes. Por lo que al sentir el contacto intenso del metal retiró sus dedos dejando caer la tetera.
- ¡Bien, madre!, así se hace… - se burló la muchacha.
- No te burles de mi madre pedazo de idiota… -
Tooru en ese momento había entrado por la puerta de la cocina sin que nadie se diera cuenta. Se acercó a su madre y recogió el recipiente con unos guantes luego.
- Parece que la gente se vuele tonta sin mí…-
- Cree eso, no te necesita— - se detuvo, ya que el codo de tu madre se incrustó justo en su estomago.
El rubio se fue de la habitación sin decir nada, silenciado, con la cabeza agachada y manos en los bolsillos.
- Si me necesitan, estaré en mi alcoba –

El muchacho de baja estatura subió las largas y oscuras escaleras, las que daban camino hacia su antigua habitación, la que lo había acompañado toda su vida, tanto en los momentos de sombra como en los de albor emocional.
Traspasó el umbral de la puerta a paso lento y estado ya pisando la alfombra burdeo que estaba en el centro, respiró profundo y comenzó a recoger todo lo que le rodeaba, desde ropa interior a cartitas de amor pasadas.
Mientras revisaba una caja repleta de estas su conciencia pareció rejuvenecer, recuerdos iban y venían, chicas en secundaria, primaria, todas aquellas palabras de amor incrustadas en un pedazo de papel.
- Nunca me besaron…- recordó.
Eso si era para él algo interesante. Su problema no podía definirlo como algo reciente, puesto que no podía asegurar no aver sentido esto en el pasado, nunca antes lo habían besado, no hasta esa tarde con Sonoko.
Dejó la caja repleta de papeles en el suelo, había decidido no llevarse las cartas.

Arrastrando su pesada maleta caminó hacia el primer piso por las escaleras, aquella era muy pesada, incluso para sus brazos bien formados, delgados, pero en buen estado, se podía notar detalladamente las marcas de sus músculos en todo el lardo de la extremidad.
Llegó por fin abajo. Dejó caer sus pertenencias a la alfombra, al chocar hizo mucho ruido, por lo que su madre pudo saber enseguida que Tooru estaba a punto de partir definitivamente de su hogar.
- ¿ya te vas? …- inquirió acongojada la mujer mayor.
- Sí, tengo mucho que hacer…
- ¿quieres tomar once por lo menos?
- Me encantaría madre, pero… estaré muy ocupado, ¿te parece otro día?
Los ojos de la anciana se iluminaron totalmente ante estas palabras, ¿su hijo volvería a visitarla?
- Cuando así sea, te tendré la mejor de las comidas mi bebe
Se acercó al rubio rápidamente para besar una de sus mejillas y abrazar su delgado cuerpo, a lo que el menor respondió amablemente, después de todo… se trataba de su madre.
- Ya me voy… - interrumpió el muchacho.
Su madre sonrió lo más posible, no quería que su hijo se fuera preocupado por ella… ¿de dónde había sacado eso? Tooru no iba a estar preocupado, solo ella pensaba aquello, lamentablemente.
El rubio agarró su maleta con más seguridad y partió hacia el exterior. Un paso hacia el patio, dañando el césped con sus grandes botas militares, raspando la tierra. Aun que él no se diera cuenta… estaba empezando una nueva vida, aun que él no quisiera admitirlo, comenzaría esta vez a ser una nueva persona.

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Boyzinlove

3 comentarios:

  1. ._____________________. *muere*

    Kyo.... es todo un caso ._.

    será... continúalo mujer ;D

    Bye...

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  2. pobre kyo nunca lo han besado y tiene labios besable u___u!
    quiero que sigas en este momento rai nao D:!
    cuidate mujer cavernicola de las cuevas secretas de los milodones prehistóricios uga ugah~
    ubiera reviewsado antes, pero no lo habi visto, I´m a lerda~

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  3. XDDDDDDDDDDDD
    LOL LOL
    no soe cavernicola 77

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